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Mostrando entradas de febrero, 2005

He Vuelto

He vuelto al folio en blanco, a recurrir a las ideas más profundas e intensas de mi mente, vuelvo a intentar rellenar esta hoja con pequeños brotes de mi vacío interior. Llevaba días sin hacerlo y hoy lo necesitaba. He dejado que el tiempo ponga las cosas en su lugar, con el riesgo de enfriarlas en demasía y perderlas para siempre. Después de todo este tiempo, de pasar noches en vela, de revivir todos aquellos momentos, que durante muchos días me hicieron feliz y de limitar mis objetivos hacia una sola persona, mi cabeza ha terminado el proceso de asumir el fín. Las cosas tienen un principio y un fín. Normalmente, ateniéndose a la normalidad en estos casos, todo acaba porque la progresión es descendente, surgen problemas puntuales que acaban por colmar la estabilidad deseada, la desconfianza roza ya la obsesión... y un largo etcétera de hechos que marcan el fín de las cosas. Pero en toda regla hay una excepción y ésta no podía ser menos. Hay veces que el fín de las cosas no viene dad

Ahora

Ahora, 25 de febrero de 2005, cuando las manillas de mi reloj indican las 2:45 de la madrugada, estoy seguro de que habrá más de uno/a que estará haciendo exactamente lo mismo que hago yo. Seguro que ahora habrá alguien con un teclado sobre las manos, con una pantalla delante de sus ojos y con la cabeza perdida ideando como acabar de manera decente este post. A menudo me paro a pensar en la inmensidad de este mundo, al que a veces lo despreciamos semejándolo a un simple pañuelo. Por mucho que se diga que cada persona es un mundo, que no hay dos personas iguales... seguro que en esta grandiosidad, en este mundo, habrá más de uno con una vida exactamente paralela a la mía y a la tuya. ¿Por qué no? Y es que el mundo es un pañuelo. Pero dejando de lado los infinitos ejemplos que podrían compartir dos personas separadas por miles de kilómetros, quiero invertir el sentido y pensar cuánta gente habrá a estas horas sin hacer nada, rellenando el tiempo de sus vidas con segundos, minutos, ho

Por Fin

Pues sí, tenía ya ganas de escribir este post, por fin he dejado el blog como yo quería. Han sido noches de desesperación, de no entender nada, de irse a la cama sin cosechar nada... Pero la constancia suele tener recompensa. Ahora la base ya está hecha y sólo queda rellenar el blog. Un blog que poco a poco, con días más inspirados que otros, irá creciendo paulatinamente. Iré dejando mis reflexiones en este gran folio que nos ofrece internet, donde la tinta se viste de píxeles y las teclas hacen olvidar al bolígrafo. Hecha esta introducción me pregunto: ¿porqué no has empezado las cosas como tocan? Primero diseñas el sitio, empiezas la casa por abajo, como se dice, y después ya escribes lo que te de la gana. Pero no, has tenido que modificar todo de nuevo... Y ¿por qué hay veces que hacemos las cosas antes de tiempo?, ¿por qué no pensamos las cosas antes de hacerlas? A mi me hace gracia cuando escuchas a la juventud quejándose y maréandose con sus problemas cotidianos. Cosas de eng

Enamoremonos Por Un Dia

Siendo 14 de febrero, agarrado por las fauces del consumismo y hechizado por el rojo pasión, es difícil mantenerse alejado de la sombra de San Valentín. Estoy seguro que más de uno y una habrán caido en las redes del enamoramiento forzado (véase chats) por tal de disfrutar de un día que sólo se celebra una vez al año. Nunca se sabe lo que nos está esperando a la vuelta de la esquina. Así que no desaprovechemos esta oportunidad única de cada año y enamorémonos, aunque sea sólo por un día. Hagamos felices a las personas, hagamos felices al Corte Inglés, hagamos felices a nuestros padres, hagamos felices a la vecina del cuarto. ¿Qué es lo peor que nos puede pasar? ¿Que nos llevemos un chasco? Bahh... sólo serán unas horas, si no sale bien... hasta luego y a por otra. Enamorémonos por un día. Y esto no es más que una excusa para comentar que, ¿qué mejor manera de superar los problemas con una sonrisa? Pero eso ya es otro asunto que no viene al caso. Si eso, otro día lo cuento.