Jamás Había Hecho Lo Que Hice Ayer...

Me estoy estaba acostumbrando a no hacer lo que no me atrevo atrevía a hacer. Se está estaba convirtiendo en costumbre el que siempre fuese yo el que fuese a remolque de todo, siempre era yo el que me dejaba arrastrar por la situación que provocaban las demás, situaciones practicamente irremediables y que no requerían de ninguna toma de decisión por mi parte... como he dicho antes, todo iba arrastrándose hasta que se llegaba a la situación que había sido provocada.

Y si analizo las situaciones en las que me he encontrado hasta ahora, en todas, absolutamente en todas, me he sentido muy mal después de que haya acabado todo... con la sensación de imbecilidad, inutilidad de un ser que es incapaz de llevar a cabo el más ínfimo y práctico instinto del ser humano... el dejarse llevar y olvidarse de todo en el momento de olvidarse de todo. Porque son aquellos momentos, breves y escasos momentos, en los que precisamente por eso has de liberarte de prejuicios, responsabilidades y sentidos de la ridiculez de tu persona. Pero por una vez, y ¿ sin que sirva de precedente? hice lo que no me atreví hacer en otras ocasiones... No me detuve, no miré hacia otro lado, ya había tomado la decisión, estaba en frente... pero todo fue esquivado, negado, rechazado...

Quizás el destino me quiso cobrar con la misma moneda con la que llevaba pagando hasta ahora...

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